Jugando al póker con la Reina Araña

Hay días oscuros dónde la sombra de la mediocridad me aplasta hasta el fondo del colchón. Hay noches de duermevela que se me revelan como hostiles puñaladas a mi corazón de tinta. Entonces me siento un poco triste, melancólica. Antes podía usar esa tristeza para abrir en canal a la puta mediocridad, destriparla sin compasión y sacar un cuento macabro o un poema delicado como las alas de una mariposa a punto de arder. Pero llevo tiempo enredada con la Reina Araña, que se come uno a uno todos mis intentos por crear algo. Algo hermoso que perdure, que toque los corazones, que arrance suspiros de terror o de inquietud de mis incautos y escasos lectores. Algo. Nada.

Nada.

Pero, de repente, en mitad de lo inmenso de la red, alguien ve algo. Alguien es capaz de ver en mis palabras ese algo que yo creo perdido. Sólo por eso sería capaz de matar de una vez a la maldita Reina Araña, matarla con su propia tela y, de una vez por todas, lanzarme a crear para no sucumbir a la vulgaridad de ser tan mortal y tan falible.

Por eso, gracias Miki Soria por tu Póker de Reinas. Tus palabras no caeran en saco roto. Ni las mías.

Comentarios

Juan A. ha dicho que…
Oscura alquimia de las letras.

Saludos.

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