El tiempo perdido
Quiero el tiempo perdido:
Canicas de vidrio azul chocando
contra los bordes del recuerdo.
Ahora quiero estar siempre en otro lugar,
con otra gente, con otra yo.
Quiero recuperar el tiempo que he perdido
en mitad de la pandemia y del olvido.
Quiero el tiempo-canica
que guardaba en mis bolsillos de niña.
Y volver a la dicha,
a la inconsciencia sentida:
el mundo girando
y yo dando volteretas
en aquel parque de los ochenta
con las trenzas enredadas,
la falda arremolinada,
haciendo la rueda
sin tiempo para las buenas maneras
ni la prisa o el llanto.
¡Que el tiempo vuelva a ser mi perro,
mi guardián, mi amigo amado!
Que sea de nuevo
un fragmento de cristal azul
a orillas del mar,
una pura maravilla.
Un tesoro de lapislázuli ardiente
en mis manos de niña asombrada.
Quiero dejar el lamento
y centrarme en lo preciso de ese azul,
redondo y pulido tiempo,
sintiendo el latido sentido
en mi pecho,
como si fuera feliz.
Feliz...
como sólo se puede ser
en los recuerdos.
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